Fragmento

Un Don Quijote haciendo de equilibrista en la cuerda Floja de un circo. Así es visto en la actualidad quien requiere hablar de moral médica. Inmediatamente caerá sobre él apelativo de moralidad de sotana, de virtuoso de siglo dieciochesco. Por este sentido los pródromos de una incomodidad cuando empiezo a hacer estas disquisiciones, derivadas de la observación frase tras frase del Juramento Hipocrático. Mas, consideré que en cualquier lugar donde un médico pueda escribir para sus colegas, menos deber ser las alabanzas, mínimos los elogios, pero multiplicados, hiperrecalcados los aforismos y las reconvenciones dirigidas a la conciencia médica pues son pocas las oportunidades que los médicos tienen de recargas sus baterías deontológicas. Viene desde remotos tiempos el tema de la moral. Hipócrates lo hallaba pertinente de sus lecciones; San Lucas se entristecía ante su menoscabo; y ha seguido a lo largo de los siglos como aleación de inquietud e incitamiento en el espíritu de los maestros superiores de la medicina. Tanto vemos, a diario, a nuestro alrededor, que parece que los ordenamientos del Colegio Médico de Bolivia han sido hechos para ser quebrantados, no para ser acatados; que la sapiencia de cada uno de los párrafos de nuestro Juramento parece un código vacuo, unos versículos inspirados pero inoportunos.

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2004-07-29   |   1,532 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 61 Núm.109. Julio-Diciembre 1996 Pags. 16-18 Rev Inst Med Su 1996; LXI(109)