Palabras del Dr. Gilberto Rueda Pérez, Ex-presidente de la Academia Nacional de Medicina, en la Sesión Solemne con motivo de la condecoración impuesta al Profesor Ordóñez

Fragmento

Muy honrado y complacido me siento al haber sido designado para hacer la presentación del profesor J. Hernando Ordóñez al serle otorgada la Cruz de la Orden de la Academia Nacional de Medicina en su más alta categoría. Nada más merecido ni más justo que esta distinción que la Academia reserva a sus miembros más destacados, como el profesor Ordóñez, quien a lo largo de su ejercicio profesional ha sobresalido en forma destacada y ha honrado a la profesión, a la ciencia, a la Academia, a la Patria, a sus familiares, a sus innumerables discípulos y, sobre todo a sus pacientes a quienes atendió con cariño, honestidad y lujo de conocimientos a lo largo de sus más de 70 años de ejercicio profesional, con dedicación y eficiencia guiándose siempre por los postulados tradicionales de “Curar algunas veces, aliviar con frecuencia y consolar siempre”. Quiero, en este breve resumen de su extraordinaria actividad a lo largo de una extensa y sobresaliente vida llena de distinciones, destacar los sucesos que a mi juicio sobresalen por su calidad e importancia y por la agilidad y el brillo de su mente privilegiada que se han manifestado a lo largo de su vida como lo demuestran hechos como: Su primer trabajo de investigación cuando cursaba apenas el cuarto año de medicina en la UN en 1932, titulado “Biogénesis Natural y síntesis de la vida. Consideraciones generales sobre el estado vital de la materia”. Y el titulado “Reflexiones sobre la causa de las manifestaciones esenciales de la vida”, en 1933.

Palabras clave: Profesor J. Hernando Ordóñez Cruz de la Orden de la Academia Nacional de Medicina.

2007-11-27   |   1,444 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 28 Núm.2. Junio 2006 Pags. 47-48 Medicina Ac. Col. 2006; 28(2)