¿La clase funcional IV en la insuficiencia cardíaca es un límite para la indicación de un resincronizador?

Autor: Pesce Ricardo

Fragmento

Hace aproximadamente 10 años, surgió un nuevo concepto fisiopatológico para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca (IC) derivado de la disincronía mecánica, debida a la alteración de la contracción ventricular que ocurre generalmente por trastornos en la conducción del impulso eléctrico. Esta alteración se objetiva, fácilmente en la clínica, por la prolongación del complejo QRS y se asocia a mayor mortalidad cuanto mayor es la duración del mismo. La modificación en la estructura miocárdica está relacionada, usualmente, con el deterioro de la eficacia contráctil, traduciéndose en una disincronía mecánica que desencadena un nuevo círculo vicioso, provocando remodelamiento cardíaco. Estas anomalías estructurales del miocardio ventricular caracterizan a las miocardiopatías dilatadas de diferentes etiologías. La interrupción de este círculo vicioso mediante el “ordenamiento de la actividad eléctrica” puede ser más útil, si se aplica en las etapas precoces del proceso, donde las áreas de necrosis/fibrosis suelen ser menores y la posibilidad de recuperación, mayor. Pero no está tan claro el efecto en los estadios avanzados de la enfermedad, especialmente, en la clase funcional (CF) IV de la New York Heart Association (NYHA). Numerosos estudios clínicos indican el papel beneficioso de la estimulación con sincronizado biventricular, basados en la mejoría de los síntomas, una mayor capacidad para el ejercicio, la disminución de las arritmias ventriculares graves, una mejoría funcional y de los parámetros hemodinámicos.

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2008-06-03   |   1,914 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 3 Núm.1. Enero-Marzo 2008 Pags. 46-47 Rev Insuf Cardíaca 2008; III(1)