Las cornadas

Autor: Gómez Ramiro

Fragmento

Recuerdo una frase del Profesor Álvarez Lovell que me repetía con insistencia, “los pacientes dan prestigio, dinero, y cornadas”. De lo último es de lo que quiero hablaros, porque hay cornadas que se ven venir desde que el paciente entra en nuestra consulta o deberíamos darnos cuenta y evitarlas. La primera solución, la de Curro Romero, si no te gusta el caso, “rechazarlo”. La Cirugía Estética es una cirugía de alto riesgo por su propia naturaleza electiva. Si pensamos en ella como un mercado de clientes que nos aportan honorarios privados, debemos recordar que este mercado está regulado y, por tanto la reclamación está dentro de los derechos del cliente. Las reclamaciones pueden evitarse si, aceptando el riesgo de este mercado, nuestra actitud profesional se ajusta a la más estricta praxis médica deontológica. La jurisprudencia hace hincapié, en esta cirugía estética electiva, en la importancia de la información. Información extensa, veraz y continuada. Pero la información al cliente depende fundamentalmente de lo que sabemos acerca de las técnicas quirúrgicas que dominamos, de nuestra capacidad para ejecutarlas y, finalmente, de un factor desconocido para nosotros: “EL CLIENTE”. La valoración de este factor desconocido es “FUNDAMENTAL”, porque solicita de nosotros un tratamiento quirúrgico cuyos riesgos la publicidad banaliza y cuyo resultado (idealizado, casi siempre) puede cambiar muchas frustraciones y problemas de la vida diaria del cliente. Si caemos en el error, por no perder al cliente, de trivializar el acto también nosotros, creando un overpromise, estaremos tensando el arco de la reclamación, que se disparará si el cliente no obtiene todo lo que pretendía, o surge cualquier complicación.

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2010-03-12   |   691 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.5. Enero-Junio 2007 Pags. 52-53 Cir Estet Plas 2007; 3(5)