Diálisis peritoneal

Autor: Paniagua Sierra José Ramón

Fragmento

Este procedimiento, que sirve para extraer del cuerpo todas las sustancias tóxicas que se acumulan cuando los riñones no funcionan adecuadamente, consiste en infundir una solución de composición y osmolaridad controlada en la cavidad peritoneal que se deja ahí durante cierto tiempo y posteriormente se drena. Durante su permanencia, el agua y los solutos pasan de los capilares peritoneales al líquido de diálisis a través de la membrana biológica que es el peritoneo, estableciéndose un equilibrio entre el plasma y la cavidad periódicamente el líquido de diálisis se recambia y con él se extraen las sustancias tóxicas; la frecuencia y el volumen con la que se hacen los recambios depende de la modalidad de diálisis que se esté utilizando. Durante la DP, además las sustancias tóxicas derivadas del metabolismo normal del organismo, también se extraen agua y sodio que permiten que el paciente se mantenga en equilibrio y tenga una sobrevivencia más larga. Cuando la función renal del paciente ha disminuido a sólo un 15 por ciento o menos de su totalidad, es necesario comenzar algún tipo de diálisis, ya sea peritoneal o hemodiálisis, en lo que se realiza un trasplante de riñón. En México no existe un registro nacional de cuántos pacientes renales existen, sin embargo por trabajos de tipo epidemiológico, se han identificado aproximadamente entre mil y mil 200 casos por cada millón de habitantes; esta cifra nos da un aproximado de cien mil a 120 mil pacientes que requieren de algún procedimiento de diálisis, de los cuales únicamente se encuentran bajo tratamiento alrededor de 50 mil, de éstos casi 40 mil están en diálisis peritoneal y el resto en hemodiálisis. Cerca de la mitad presentan problemas como consecuencia de la diabetes, considerando que son una complicación que aparece después de 15 o 20 años de padecer la enfermedad; la edad promedio en que un paciente va a requerir este tratamiento oscila entre los 50 y 55 años, siendo un procedimiento más frecuente en personas mayores que en niños.

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2010-08-27   |   1,700 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 33 Núm.393. Agosto 2010 Pags. 9-10 Prescripción Médica 2010; 33(393)