Hipertensión arterial pulmonar

Autor: Sánchez Juárez Arturo

Fragmento

Aunque la mayoría de las veces esta enfermedad suele ser secundaria a otros padecimientos que bien pueden ser de evolución crónica, también tiene una forma primaria o idiopática en la cual no se puede establecer relación alguna con un padecimiento en particular o con algún factor desencadenante previo. Se caracteriza por una elevación en la presión media de la arteria pulmonar superior o igual a 25mmHg en situación de reposo y por lo menos a 30mmHg en ejercicio. Como parte de las alteraciones anatómicas que se suceden en la arquitectura normal de la vasculatura pulmonar, se ve disminuido su calibre tanto por vasoconstricción como por engrosamiento de las paredes, lo cual incrementa la presión a este nivel, generándose lo que se conoce como hipertensión arterial pulmonar (HAP). La imagen clínica puede tener un complejo sintomático que va desde disnea y tosiduras aisladas hasta una franca insuficiencia cardiorrespiratoria la cual amerita de atención en una unidad de cuidados intensivos. Como parte de la historia natural de la enfermedad —de disnea y tosiduras aisladas, que permiten todavía al paciente realizar una vida casi normal— y ante la falta de una atención médica especializada, se pasa a una fase más avanzada del padecimiento en la que se agregan otros síntomas y signos como son edema de miembros inferiores, taquicardia aun en reposo, taquipnea, cianosis, ingurgitación yugular, hepatomegalia, postración, angustia y sensación de muerte inminente; cuadro clínico grave de fatales consecuencias si no se lo trata en forma adecuada y oportuna.

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2010-11-19   |   603 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 33 Núm.395. Octubre 2010 Pags. 1-2 Prescripción Médica 2010; 33(395)