Editorial

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En la práctica médica odontológica es de vital importancia conocer los mecanismos que se llevan a cabo en los tejidos bucales, así como las reacciones que pueden ocurrir a causa de las acciones que realicemos sobre éstos en cada uno de los pasos de cualquier tratamiento. La piedra angular para nuestro éxito es tener una historia clínica exhaustiva, lo cual nos evitará dificultades, a veces innecesarias, y nos facilitará la elección del mejor tipo de abordaje, de manera que represente el menor peligro tanto para el paciente, como para nosotros. Los riesgos en el consultorio odontológico son diversos y pueden ser de leves a graves e incluso fatales; por tanto, el odontólogo debe tener presente cuáles son éstos y cómo puede prevenirlos o, dado el caso, brindar la atención básica necesaria. Entre los diversos procedimientos que se realizan de manera rutinaria está la aplicación de anestésicos locales. Aunque las dosis que se utilizan no representan gran compromiso, existen complicaciones que conviene tener en cuenta. El doctor madrileño, Apolinar García Peñín, advierte sobre algunos de los incidentes que se pueden dar, ya sea por una aplicación incorrecta de la anestesia o por una condición preexistente en la persona, como la alergia a un medicamento. Algunas de éstos son dolor, hematomas por la ruptura de vasos (sobre todo en personas con algún trastorno hemostático, para quienes hay que seguir cuidados muy específicos), parálisis facial pasajera, isquemia, accidentes oculares, bacteremia, infección y necrosis. Asimismo, pueden ocurrir trastornos sistémicos graves como toxicidad, excitación o depresión del SNC e incluso paro cardiorrespiratorio.

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2010-12-07   |   552 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.6. Julio 2010 Pags. 2 Rev Nal Odontol Méx 2010; 2(VI)