Dr. Vicente García Olivera, nota autobiográfica

Fragmento

Desde el año de 1937, siendo estudiante de Medicina, leía todo lo concerniente a la anestesiología en revistas norteamericanas, canadienses y francesas: mi interés iba creciendo; al año siguiente (1938), siendo prácticamente adjunto en el Hospital Colonia, llegó a México la Dra. Huberta Livingstone y al visitarnos tuve la oportunidad de mostrarle todos los servicios y subrayar que éste era el único que tenía el gabinete de anestesia para el uso de gases anestésicos como el ciclopropano, protóxido de azos y etileno; se lo mostré y me explicó que era lo más avanzado en la aplicación de gases anestésicos; le ratifiqué mi interés por la anestesiología y me explicó que en el Hospital Bellevue de la Ciudad de Nueva York (afiliado a la Universidad de NY) se había generado la mayor experiencia sobre el manejo de gases anestésicos –servicio manejado por el Dr. Emery A Rovenstine y su destacado grupo– y me recomendó que asistiera como observador, pues la calidad de la enseñanza había trascendido a toda la Unión Americana. Además me explicó que ella era la Jefa de Anestesiología del Hospital de Chicago y que si mi interés era genuino me enviaría toda la literatura médica sobre anestesiología que sus colegas aplicaban en Estados Unidos. Así lo hizo: semana a semana recibía reimpresos sobre lo que hacía el Dr. John Lundy en la Clínica Mayo, en Rochester, el Dr. Griffith en Canadá, la Dra. Julia Arrowood en Boston; las publicaciones en resúmenes de lo que hacían en Nueva York la Dra. Virginia Apgard y Geraldine Light, y sobre todo las informaciones del Dr. Rovenstine. Pasaron los años y a principios de 1944 escribí al Dr. Rovenstine a fin de que me autorizará asistir como visitante asociado; su respuesta afirmativa tardó algunos meses y al fin fui aceptado en el año de 1945, en plena conflagración de la Segunda Guerra Mundial. Esta oportunidad constituía una verdadera excepción, pues disfrutar de las excelencias de este selecto grupo de profesores era todo un acontecimiento.

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2010-12-10   |   1,950 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 7 Núm.4. Julio 2010 Pags. 19-24 Dol Foro Nal Invest Clín Méd 2010; 7(IV)